Nuestra filosofía

Creamos existe para devolver el poder a la comunidad. Lo hacemos aprovechando la sabiduría local, creyendo en las experiencias vividas por los participantes y centrando el diseño de los programas en las necesidades identificadas por los participantes. Desde nuestros inicios, el crecimiento de Creamos se ha guiado por iniciativas dirigidas por la comunidad, con una alta participación de sus miembros. En reconocimiento de que la sostenibilidad de la organización debe derivarse del liderazgo de los participantes, hemos contratado a nueve miembros de la comunidad para nuestro equipo de personal. Además, hemos puesto en marcha un Consejo Asesor Comunitario (CAB), compuesto por seis participantes elegidos de Creamos que trabajan en estrecha colaboración con nuestro Consejo de Administración y el personal del programa para debatir los impactos previstos de la organización, realizar ajustes programáticos e impulsar la implicación de los participantes tanto en el desarrollo como en la evaluación de sus programas.

Nos esforzamos activamente por eliminar las barreras que impiden a nuestras participantes acceder a los recursos y servicios que merecen. Creamos atiende a una población adulta a la que se le han negado sistemáticamente oportunidades por motivos de clase y edad. Muchos trabajan a tiempo completo o parcial, y la gran mayoría son madres y padres. Nuestro programa ofrece la versatilidad y el apoyo que requiere esta compleja población a través de horarios educativos flexibles, servicios de salud mental accesibles, guarderías gratuitas y acceso a capacitación laboral independientemente de la edad.

Los barrios que rodean el relleno sanitario albergan muchas organizaciones sin ánimo de lucro que existen para abordar los innumerables retos a los que se enfrenta esta comunidad. Cada organización tiene sus puntos fuertes y áreas de especialización, además de sus límites en cuanto a recursos y capacidad. Para aprovechar al máximo nuestras fortalezas colectivas, Creamos actúa como uno de los principales miembros de un consorcio vecinal conocido como "La Red". Esta red está diseñada para aumentar la colaboración y la eficiencia de los servicios, evitar redoblar esfuerzos y establecer soluciones sostenibles a los problemas de la comunidad. A través de esta colaboración, estamos invirtiendo en asociaciones comunitarias, referenciamos clientes y compartimos recursos y conocimientos con el objetivo de satisfacer plenamente las necesidades de las participantes de nuestra comunidad.

Creemos que cada individuo nace con una capacidad inherente para alcanzar sus objetivos cuando se le proporciona un acceso justo a los conocimientos, las herramientas y las oportunidades necesarias. Pero en las comunidades marcadas por la pobreza extrema, el acceso a una educación de calidad y a oportunidades de trabajo digno es tan limitado que la autodeterminación es casi imposible. Para promover un acceso equitativo a las oportunidades, Creamos ofrece programas de formación subvencionados y becas; servicios de seguimiento para los participantes que hacen la transición al lugar de trabajo formal; horarios de educación flexibles; y acceso gratuito a servicios de salud mental de alta calidad para nuestras participantes y sus familias.

Creamos se enorgullece de rodearse de una comunidad diversa de participantes, personal, simpatizantes y socios cuyas variadas experiencias vitales e identidades sociales nos motivan a aprender y evolucionar. Como organización, dedicamos tiempo intencionado al desarrollo profesional, diseñado para crear espacios seguros para los grupos infrarrepresentados dentro de nuestras paredes. Las políticas de la organización se centran en el fomento de la igualdad étnica, económica y de género mediante la integración de principios antirracistas y no discriminatorios. También, proporcionamos información al personal y a los participantes sobre los movimientos que promueven la justicia social y la liberación de las formas de opresión.

Las mujeres participantes de Creamos proceden de algunos de los entornos socioeconómicos más marginados del país. Se enfrentan a altas tasas de violencia de género (VG), trabajos de alto riesgo, salarios indignos, discriminación, clasismo, masculinidad hegemónica y una falta general de infraestructuras públicas que apoyen a las mujeres. Las amenazas e inseguridades económicas, sociales y familiares son obstáculos cotidianos para la salud y la seguridad básicas. La seguridad suele estar ausente de la cotidianidad de las mujeres (y de muchos otros grupos marginados) que viven en Guatemala. Para ofrecer un breve respiro de esta realidad, Creamos se esfuerza por proporcionar un espacio libre de discriminación, sexismo, racismo y clasismo. El personal de seguridad interno y externo garantiza su seguridad física dentro de nuestras instalaciones y durante sus desplazamientos; mientras que, el compromiso de toda la organización con la confidencialidad y la atención informada sobre traumas, respalda nuestra misión de disminuir la violencia contra las mujeres en todas sus formas.

Entendemos la salud como un reflejo del bienestar y el equilibrio en los aspectos físico, mental, emocional y económico. Debido a los inmensos riesgos y peligros presentes en la vida de los participantes en Creamos, alcanzar y mantener una buena salud es todo un reto. Desde clases diarias de ejercicio hasta cursos de educación financiera, grupos de apoyo emocional y formación en salud reproductiva, Creamos ofrece apoyo preventivo e intervención para mejorar muchos aspectos de la salud de nuestras participantes.

Las clientes de Creamos son supervivientes que sufren traumas continuos debido a fuerzas micro y macro, entre las que se incluyen la masculinidad hegemónica, la discriminación en el sector del empleo formal y la pobreza crónica. La prestación de servicios en estas comunidades requiere un enfoque intencional. En respuesta, concienciamos y facilitamos la formación del personal para prevenir la violencia estructural y la retraumatización de las participantes. Aplicamos un enfoque no correctivo, sino restaurativo y colaborativo a la resolución de conflictos; y nos aseguramos de que el personal esté formado en prácticas, políticas y enfoques sobre el trauma.